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El tiempo no Para... Novena parte

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- ¿Por qué sacas a Lila?, ¿qué tiene que ver ella en todo esto? – dijo Arnold extrañado.
- Bueno Arnold, lo que pasa es que los escuche… bueno, escuche justo cuando le dijiste algo parecido el martes que recién paso cuando estaban en el living – dijo Helga cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado.
- Espera, ¿escuchaste lo que hablamos ese día con Lila en el living? – dijo Arnold riendo.
- Si, lo escuche y claro – dijo Helga mordiéndose el labio.
- Pero se ve que no escuchaste ni la cuarta parte de lo que hablamos – dijo Arnold.
- Bueno con eso bastaba, si tampoco los andaba espiando yo iba pasando – dijo Helga.
- Yo no he dicho que nos espiaras – dijo Arnold riendo mientras se ponía de pie.
- Bueno eso da lo mismo, lo que importa es que te escuche y como no te resulto, me vienes a decir algo parecido a mi – dijo Helga molesta.
- Estaba practicando con Lila, como decirlo, muchas veces resultas muy difícil de tratar Helga.
- Me cuesta creer – dijo Helga mirándolo seria.
- Bueno, entonces ¿escuchaste la parte del libro? – dijo Arnold.
- ¿Qué libro? – respondió con otra pregunta Helga.
Arnold le entrego una bolsa.
- Esa bolsa la vi en alguna parte – dijo Helga.
- Claro, cuando nos encontramos en el centro comercial – dijo Arnold cruzándose de brazos.
Helga la abrió y vio en su interior una libreta rosada de tapa dura; la saco y vio que salía grabado su nombre y miro a Arnold fijo.
- Bueno ahí no veo ningún Lila grabado u otro nombre que no sea el tuyo, Helga – dijo Arnold, le tomo la mano – ábrela.
- “Si me dejas, yo estaré contigo por siempre, y quizás esta libreta sea donde escribas nuestro próximo libro”. – fue lo que leyó Helga y agarro con fuerza la mano de Arnold.
- Yo no hablo tan lindo, ni escribo tan bien como tu, pero créeme que eso lo escribí del corazón, no me quiero volver a separar de ti nunca – Dijo Arnold agachándose y mirándola fijamente a los ojos.
La rubia lo abrazo con fuerza y lo beso apasionadamente.
- Si te “dejo”, nunca te volverás a separar de mi, te amo – dijo Helga con lagrimas de alegría en los ojos.
Después de secar sus lagrimas, Arnold la agarro de la mano y entraron a la casa.
- ¿Y que dijo? – grito Harold al ver que entraban sus compañeros.
- ¡Que si! – dijo Arnold con una enorme sonrisa.
- Eugene, tu también deberías hacer lo mismo – dijo Sheena y el colorin solo la miro cruzado de brazos.
- Felicidades chicos – dijo Nadine.
- Espera cabeza de balón – dijo Helga soltando la mano del chico – ¿todos sabían?
- Bueno ellos me ayudaron a preparar todo afuera, aparte que la pregunta que hizo Harold antes que saliéramos fue apropósito – dijo Arnold agarrando nuevamente la mano de Helga.
- Creo que me estoy arrepintiendo – dijo Helga riendo y abrazando al chico.
- ¿Y que van hacer con sus vidas? – dijo Rhonda desganada recostada en un sillón con una copa en la mano.
- ¿Cómo? – dijo Arnold extrañado.
- Arnold tu andas siempre en lugares recónditos  y bueno Helga trabaja en Nueva York – respondió Rhonda tomando una pausa para tomar un sorbo de vino, quedar mirando el vaso por unos segundos y seguir – o esto se acaba cuando lleguemos a Hillwood, o uno de los dos va a tener que cambiar de trabajo.
- Que eres pájaro de mal agüero Rhonda – dijo Sheena seria.
- No, ahora son felices, pero claramente no han pensado en eso – dijo Rhonda segura y bordeando con sus dedo la copa – a Arnold le gusta mucho su trabajo o si no, no estaría lejos de Hillwood y aunque Helga se haga la que no le importa, yo creo que no dejaría su vida llena de movimiento en una gran ciudad para ir a vivir a un pueblo.
Arnold y Helga se quedaron helados, sin cruzar miradas, ya que los dos sentían que Rhonda tenia mucha razón en lo que decía.
- Rhonda anda a dormir – dijo Gerald viendo la incomodad que le había generado a su amigo.
- Yo creo que Rhonda esta así, porque Patty le robo su amor – dijo Sid soltando una risa con su nariz.
- Pero si Rhonda sabe que yo aun la espero – dijo Curly saltando al sillón donde estaba Rhonda y abrazándola.
- ¡SUELTAME! – dijo Rhonda poniéndose de pie.
- No te niegues a nuestro amor – dijo Curly volviendo ha agarrar y tratando de besarla.
- ¡Te dije que me sueltes! – dijo la pelinegra furiosa y viendo la forma de soltarse.
- Eso no me decías el otro día, nenaaa – dijo Curly riendo y con un brillo en sus lentes.
- Uh! – dijeron en seco Sid y Harold.
- Me iré acostar – dijo Rhonda zafándose y subiendo la escalera.
- Espérame amor mío – dijo Curly subiendo rápidamente la escalera.
Poco a poco comenzaron a subir a sus cuartos y solo quedaron Phoebe, Gerald, Arnold y Helga.
- Arnold podemos hablar – dijo Helga seria.
- Si, claro – dijo Arnold poniéndose de pie y Phoebe con Gerald se miraron.
- ¿Vamos a dormir Gerald? – dijo Phoebe un poco nerviosa.
- No es necesario, nosotros iremos hablar afuera – dijo Helga dejando su sillón.
- No, si realmente estoy cansada – dijo Phoebe y se puso de pie.
Helga salio seguida por Arnold. Caminaron por el patio de la casa hasta llegar a la piscina. Helga se tumbo sobre la silla de playa y Arnold hizo lo mismo.
- Arnold…
- Helga…
Dijeron al mismo tiempo y se miraron.
- Tu primero – dijo Arnold.
- Bueno – dijo Helga y se produjo un largo silencio, ella no sabia muy bien que decir.
- Helga, para mi no es problema dejar mi trabajo – dijo Arnold al ver que Helga no decía nada.
- ¡No puedo permitir eso! – dijo en un tono golpeado - tu amas tu trabajo, en cambio yo teniendo una buena conexión a Internet puedo seguir enviando mis escritos a la oficina – dijo Helga agarrando la mano del rubio y mirándolo fijamente a los ojos.
- Sabes, yo lo pensé y creo que si quiero formar una familia, tiene que ser en un lugar seguro, no quiero un hijo mío pase por lo que yo pase – dijo Arnold.
- Formar una familia – dijo Helga en voz baja.
- Si, formar una familia Helga, yo quiero formar una familia contigo – dijo el rubio seguro y apretando la mano de su amada.
Helga lo abrazo y lo comenzó a besar, para ellos nada iba a salir mal, era lo que esperaban hace años, aunque Helga lo esperaba hace mucho más que Arnold.
Estuvieron un rato mirando el cielo, pero la fresca noche los obligo a entrar.

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Ya era sábado, el ultimo día que pasarían en la casa ya que a la mañana siguiente volverían a Hillwood. Hoy tenían varias actividades demarcadas y esperaban que el día fuera mejor que el anterior.
Helga fue la primera en despertar y salio a correr muy temprano sin avisarle a nadie, para aprovechar el paisaje que tanto le gusto.
Lila como siempre fue la que preparo el desayuno, y de a poco comenzaron aparecer todos.
- ¿Y Helga? – dijo Phoebe viendo a todos sus compañeros sentados, incluyendo a Arnold.
- ¿No durmió contigo? – dijo Arnold extrañado mientras servia café.
- Creo que si, su cama estaba sin hacer, pero no la  vi – dijo Phoebe mientras sacaba galletas.
- La novia fugitiva – dijo en tono burlesco Harold.
- No seas pesado Harold, yo creo que Helga nunca se escaparía – dijo Lila mirando a Arnold con una sonrisa cómplice.
- Quizás se fue con Jay – dijo Rhonda en voz baja, que solo algunos pudieron escuchar y Harold no pudo evitar lanzar una estrepitosa carcajada.
En eso entro Helga transpirada y dando un sorbo a su botella de agua.
- Buenos días – dijo la rubia a todos y se sentó junto a Arnold dándole un beso.
- ¿Dónde fuiste? – dijo Arnold a Helga mientras le servia café.
- Hice la misma ruta de ayer pero trotando – dijo Helga mientras le hacia cariño en el cabello al rubio.
- Helga nunca te vi tan cariñosa con alguien – dijo Harold mientras sacaba unos panes que habían en la mesa.
- ¿como que no?, no te acuerdas esta semana cuando andaba con Jay – dijo Rhonda cruzándose de brazos y todos se callaron.
- Bueno Rhonda, por suerte yo puedo estar con quien quiero, no puedo decir lo mismo de ti – dijo Helga con una sonrisa un poco malvada, mientras la miraba fijamente a los ojos..
- ¿Y esto va a ser como un amor de verano o ya decidiste irte a vivir a alguna selva? – dijo Rhonda en un tono burlesco.
- Yo me voy a quedar aquí Rhonda, pretendo ir a vivir a Nueva York – dijo Arnold serio y continuo – y no se que te esta pasando, pero seria bueno que pararan con la mala onda.
En eso todos comenzaron hablar, ya que se estaba tornando bien incomodo el desayuno.
- Que buena noticia Arnold que vivirán en el país – dijo Phoebe alegre.
- Si viejo, lo único que espero que no te desaparezcas como lo hizo Helga – dijo Gerald.
- No sabia que estabas tan interesado en mi cabeza de cepillo – dijo Helga riendo.
- Yo preocuparme por ti JAMAS, pero como Phoebe y Arnold siempre andaban tan preocupados por ti, que quizás a mi amigo se le peguen las mas costumbres – le respondió el moreno riendo.
-Ten por seguro que no me desapareceré – dijo Arnold y luego hicieron su típico saludo.

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El día había pasado con tranquilidad y todos se estaban preparando para la fiesta de despedida.
Como siempre los hombres fueron los primeros en aparecer, seguidos por Rhonda quien llevaba un ajustado y corto vestido rojo, con accesorios en color negro.
Luego bajaron todas las mujeres juntas, las cuales se estaban arreglando en el mismo lugar.
Helga volvió a deslumbrar con un vestido largo de color negro, con un sutil escote y sin espalda; llevaba el pelo recogido y unos largos aros de brillantes.
- Te ves hermosa – dijo Arnold agarrando a Helga de la cintura.
- Gracias, aunque todo es gracias a Phoebe que me ayudo a elegir esta ropa – dijo Helga sonriendo.
- Si, ese día que nos encontramos en el mall, estábamos comprando esto – dijo la pequeña oriental con un sonrisa en la cara.
- Bueno ese mismo día yo estaba comprando la libreta que ayer te di – dijo el rubio dándole un beso en la mejilla a Helga.
- Entonces Stella te ayudo – dijo Helga mirando hacia el lado.
- Si, pero lo que estaba escrito ahí, lo escribí yo – dijo Arnold.
- Le voy a preguntar cuando la vea cabeza de balón, creo que estoy empezando a desconfiar  – dijo en tono sarcástico.
- Le preguntas mañana cuando le contemos que estamos juntos y que viviremos en Nueva York – dijo Arnold acercándola un poco más hacia el.
La noche paso rápida, todos la disfrutaron al máximo, como siempre Curly no dejaba de seguir a Rhonda y Harold no paraba de comer. De a poco fueron dejando la sala para subir a dormir, ya que a las 12 del día los pasarían a buscar para llevarlos a Hillwood.

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Ya eran las 11:00 de la mañana y aparecían los primeros sobrevivientes de la fiesta de la noche anterior.
Harold fue directo al refrigerador a rescatar algo de comida y asegurar el regreso a Hillwood sin pasar hambre, Lila junto con Stinky como siempre comenzaron a preparar emparedados para sus compañeros, y Rhonda veía que todo estuviera en orden y nada faltara.
Luego bajo Arnold junto con Gerald llevando sus bolsos a cuestas.
- Chicos pueden ir a despertar a los que quedan o avisarles que se apuren por favor – dijo Rhonda un poco nerviosa y caminando rápidamente por el largo pasillo.
- Bueno – dijo Gerald dejando su bolso en la entrada de la casa junto con el de Arnold y subieron de vuelta.
Mientras en la cocina seguían Lila, Stinky y Harold.
- Stinky cuando pretendes pedirle matrimonio a Lila – dijo Harold con la boca llena de comida mientras molestaba a su amigo.
- Todo a su tiempo – dijo Stinky
- Aparte estamos bien viviendo juntos o ¿no? – dijo Lila, mirando con una dulce sonrisa a Stinky.
- Yo creo que nos deberíamos casar, después que lo hagan Arnold con Helga – dijo Stinky en tono de broma al ver que aparecían en el umbral de la puerta los rubios.
- Si yo también creo que seria una buena idea – dijo la colorina sonriente y estirando una bandeja con emparedados.
- Yo creo que yo me terminare casando con Lila, si sigue haciendo estos emparedados – dijo Helga riendo mientras le pegaba un mordisco a uno.
- Hablando en serio, cuando pretenden casarse – dijo Harold y continuo – tengo ganas de ir a una buena fiesta.
- Tu solo quieres ir a una buena fiesta, solo para llenarte de comida, pequeño hombre rosa – dijo Helga en tono burlesco y Stinky con Lila no pudieron evitar reír.
- ¿Y los demás donde están? – dijo Rhonda un poco enojada y continuo – aun falta Nadine, Curly, Sid, Eugene y Gerald que baje.
- Bueno, Gerald estaba tratando de despertar a Sid y a Nadine – dijo Phoebe.
- Y los demás estaban terminando de arreglar sus cosas – dijo Arnold.
De pronto se escucho un fuerte golpe proveniente de las escaleras.
- Bueno Rhonda ahí ya bajo Eugene – dijo Harold con su típica risa de cerdo.
- Estoy bien – se escucho a Eugene decir desde la escalera.
- ¿Te lastimaste? – se escuchaba decir a Sheena.
- ¡¿Arnold?! – grito Eugene que aun se encontraba en el suelo.
- ¿Si? – dijo Arnold mientras iba hacia la escalera.
- Puedes subir junto a Phoebe, Gerald los necesita – dijo Eugene tratando de desenredarse de las manillas de su bolso.
Phoebe al escuchar eso desde la cocina, fue junto con Arnold.
- ¿Y tu Helga no vas a ir con ellos? – dijo Harold.
- No, si a ellos los llamo el cabeza de cepillo no a mi – dijo Helga mientras se preparaba un café.
Gerald estaba afuera de la habitación de Sid esperando a Phoebe con Arnold.
- ¿Qué paso? – dijo Phoebe un poco preocupada al ver la cara de Gerald.
- Sid y Nadine están ahí adentro – dijo Gerald un poco nervioso y continuo – aun están borrachos.
Los tres entraron y vieron un desastre en la habitación, con un olor insoportable y el cabello de Nadine todo vomitado.
- Esto es un asco – dijo Phoebe abriendo las ventanas.
- Imagínate, Eugene trato de ayudarme y le dio tanto asco que mejor se fue, yo creo que por eso cayó de la escalera – dijo el moreno cubriéndose la nariz.
- Gerald ayúdame llevemos a Sid para la regadera – Dijo Arnold y ambos levantaron a su flaco compañero y lo comenzaron a mojar con agua helada.
- Nadine despierta – dijo Phoebe mientras le pasaba un algodón con alcohol por su nariz.
- ¿Reacciona Nadine? – grito Arnold desde el baño.
- No, aun no – respondió Phoebe mientras le daba pequeños golpes en la cara.
- Gerald ayuda a Phoebe a traer a Nadine aquí – dijo Arnold, mientras Sid comenzaba a reaccionar de poco.
Metieron a Nadine también a la ducha, junto con Sid para que reaccionaran.
- ¡¿Qué es este desastre?! – dijo Rhonda al entrar a la habitación.
- ¡Esta reaccionando! – se escucho desde el baño.
Rhonda abrió la puerta y vio una escena que daba pena.
- ¿Qué esta pasando aquí? – dijo Rhonda un poco nerviosa.
- Bueno lo que se ve, están borrachos – dijo Gerald.
- Deberías tu y Phoebe ir a duchar a Nadine a la habitación de al lado – dijo Arnold.
En eso Gerald agarro a Nadine y acompañado por las chicas fueron a la habitación de al lado, para poder ducharla.
-  No puedo creer que terminaras en estas condiciones – dijo Rhonda a una Nadine que en realidad y no entendía nada.
Nadine abría y volvía a cerrar los ojos, dejándose manipular por sus compañeras.
- Aparte ¿como te metiste con Sid? – dijo Rhonda molesta y continuo – podría a ver sido cualquier otro, pero tenia que ser Sid, que asco.
Phoebe miraba y solo quería terminar de bañar rápidamente a Nadine para dejar de escuchar a Rhonda.
- ¿Qué esta pasando? – se escucho la voz de Lila en el pasillo.
- Ya son las 12 y nos vino a buscar el autobús – se escuchaba que decía Stinky.
- ¿Arnold, están ahí adentro? – decía Helga golpeando la puerta.
- Yo creo que se dio cuenta que estaba cometiendo el mayor error de su vida volviendo contigo y se fugo – dijo Harold serio y luego soltó una carcajada con Stinky.
- Cállate pequeño niño rosa, si no quieres que te golpee y vuelvas en un cajón a tu casa – dijo Helga molesta.
Arnold salio de la habitación junto con Gerald y agarrando entre los dos a Sid al que le habían puesto unos lentes de sol.
- Uuuuh parece que alguien no lo paso para nada mal la noche anterior – dijo Harold riendo.
- Alguno de ustedes puede traer el bolso de Sid – dijo Arnold mientras caminaba hacia la escalera junto con Gerald y Sid.
- Alguien quedo realmente destruido ayer – dijo Helga al ver el estado de la habitación y sentir el olor que aun quedaba en el aire.
Iban a comenzar a bajar los cuatros que aun estaba arriba pero Lila recordó algo.
- ¿No faltaban aun Phoebe, Nadine y Rhonda? – dijo la colorina.
- Rhonda debe estar abajo – dijo Harold quien luego bajo con el bolso de Sid.
- ¿Esta Rhonda, Nadine y Phoebe abajo? – grito Stinky asomándose por la escalera.
- No, están en la habitación de al lado – grito Gerald.
Los tres fueron a golpear la puerta y Lila entro a mirar.
- ¿Chicas? – dijo entrando a la habitación que estaba ha oscuras y se veía la luz del baño prendida.
- Estamos en el baño, puedes sacar ropa limpia en el bolso de Nadine y traerla – grito Phoebe desde dentro.
- Parece que aquí dos se pegaron una gran borrachera – dijo Helga a Stinky mientras esperaban afuera de la habitación.
Entre Phoebe y Lila vistieron a Nadine, mientras Rhonda se aseguraba de guardar todo lo que era de ella en su maleta.
Rhonda fue la primera en salir junto con la maleta de Nadine.
- ¿Helga me puedes ayudar a bajarla? – dijo la peli negra.
- Claro – dijo la rubia y le quito la maleta de las manos.
- Stinky puedes bajar a Nadine, no pesa mucho – dijo Rhonda mientras bajaba al lado de Helga.
Bajaron a Nadine y ya estaban todos listos.
Subieron y sentaron en primer lugar a Sid junto a Nadiene y se aseguraron de llevar muchas bolsas para que ensuciaran nada.
Harold y Stinky fueron los que más se divirtieron en el viaje de vuelta a casa. Se sacaron fotos con Sid, le pusieron cosas en la cabeza, le pintaron la cara, mientras dormía profundamente y solo se despertaba para vomitar.
Lila de vez en cuando retaba a Stinky por su comportamiento y que dejara tranquilo a su amigo.
- Yo creo que están intoxicados, deberíamos llevarlos a un hospital – dijo Phoebe un poco preocupada.
- Yo creo lo mismo, no los veo para nada bien – dijo Arnold.
- Nosotros con Phoebe los llevaremos al hospital – dijo Gerald y continuo – aparte tu le tienes que ir a contar la noticia a tus padres, no los puedes hacer esperar.
Llegaron a Hillwood a eso de las 15:30, Phoebe, Gerald y Rhonda llevaron a los enfermo al hospital y los ingresaron.
Helga con Arnold tomaron un taxi en dirección a la casa de huéspedes, para darle la buena nueva a los padres de Arnold.
- Yo creo que Stella va a ser la mas emocionada al saber – dijo Helga agarrando la mano de Arnold.
- Si, aunque papá no creo que se quede atrás – dijo Arnold.
Al poco rato llegaron a la casa de huéspedes. Arnold saco la llave de su bolsillo y entro de la mano con Helga.
Estaba Stella apoyada en el mueble que se encontraba abajo del teléfono de la casa con cara de preocupación.
- Hola mamá, mira vine con Helga – dijo Arnold sin notar la cara de su madre.
- Hola hijo – dijo Stella sin quitar la vista del piso.
- ¿Te pasa algo? – dijo Arnold un poco preocupado.
- Arnold, llegaste, te tenemos que decir algo y te lo tienes que tomar con calma – dijo Miles muy tranquilo.
Helga no dijo nada y solo se le comenzó a acelerar el corazón, sentía que esas noticias no iban a ser para nada buenas y tenia la sensación de que su felicidad se iba de las manos.
- Arnold mi amor que bueno que llegaste – dijo Alice bajando por la escalera rápidamente.
- ¿qué haces tu aquí? – dijo Arnold sorprendido e indignado.
Helga seguía inmóvil, sabia que lo que iba a escuchar no iba a ser para nada agradable.
- Bueno mi amor, como no tenia como comunicarme contigo esta semana, decidi venir y contarte personalmente – dijo Alice con una enorme sonrisa en su cara.
- No me digas mi amor por favor – dijo Arnold serio y agarrando firmemente la mano de Helga.
- Arnold, pero luego de esta noticia creo que siempre me llamaras mi amor – dijo Alice manteniendo su sonrisa, mientras Stella se tocaba la cabeza angustiada y Miles miraba a Helga que aun se mantenía inmóvil.
- Ya, dime rápido a que viniste y te vas – dijo Arnold perdiendo la paciencia.
- ¡Arnold! Que mal educado, creo que se te pegaron las malas costumbres de esa otra – dijo Alice borrando su sonrisa y mirando a Helga con desprecio.
- ¡Puedes hablar! – dijo Helga ya desesperada.
- Veo que tu estas mas interesada que Arnold – dijo Alice en un tono malicioso.
- ¡Alice, habla! – dijo Arnold ya exasperado.
- Bueno Arnold – dijo Alice con una enorme sonrisa y sacando unos papeles que traía en el bolsillo trasero de su ajustado pantalón – Estoy embarazada, ¡Vamos a ser papás! – con gran alegría y con una sonrisa de oreja a oreja, le entrego los papeles a Arnold.
Arnold soltó la mano Helga y agarro los papeles con ambas manos, pálido y con un leve temblor en las manos.
Helga salio lentamente de la casa, que aun mantenía la puerta abierta y luego solo atino a correr.
Mientras corría hacia su casa le retumbaban las palabras de Alice “Estoy embarazada, estoy embarazada” “¡Vamos a ser papás! ¡Vamos a ser papás!”, era lo único que podía escuchar y ver la enorme sonrisa de Alice.


Continuara…
Este Fanfic esta basado en la serie Hey Arnold © Craig Bartlett

Ahora me volvi a demorar un tiempo en publicar, tenia todas las ganas de escribir pero en el computador que tengo el fic, mi mamá lo estaba usando.

En este capitulo volvió Alice!

Como siempre espero que comenten y que les guste!, gracias a quienes les gusta y dejan comentarios! (son poquitos pero realmente se agradece.
Espero poder terminar este fic para este año, y yo creo que quedan 3 capítulos más.... si es que no dejo volar mi imaginación.

Que tengan un lindo 2015

si es primera vez que lo lees aquí tienes la primera parte!
capitulo 1

el aqui el anterior capitulo 8 
© 2015 - 2024 clonesur
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