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el tiempo no Para... Undecimo parte

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Eran las 9:25 am del día miércoles en Viena, y Helga estaba mas despierta que nunca.
Se levanto para aprovechar de tomar desayuno, ya no aguantaba mas el olor que había en la única habitación que encontró para pasar la noche.
- ¡Helga! – dijo Andreea saludándola con la mano, ella se encontraba tomando desayuno con unos chicos.
- Hola – dijo Helga, acercándose con un café y un pastelillo.
- ¿No comerás nada más? – dijo un chico que estaba con su bandeja repleta de comida.
- Siempre como esto – dijo Helga que luego le dio un sorbo a su café.
- Por eso eres tan flaca – dijo otro que se encontraba al lado de Andreea.
Helga solo giro los ojos y siguió comiendo.
- Helga, hablaba con los chicos y vamos a ir a recorrer la ciudad, ¿te animas? – dijo Andreea.
- No, por hoy paso, necesito buscar donde vivir, comprar ropa, comprar un celular y un computador o pedir que envíen el Mio – dijo Helga.
- Pero lo pueden hacer mañana – dijo otra chica.
- No puedo pasar un día mas con esta ropa y aparte tengo responsabilidades, no vine de vacaciones – dijo Helga y se puso de pie.
- Tu amiga es rara – dijo uno de los hombres de la mesa a Andreea.
Andreea se paro también cuando vio salir a Helga del comedor y la siguió.
- ¿Helga necesitas ayuda? – dijo Andreea ya que notaba algo no le calzaba sobre el viaje de Helga.
- No te preocupes, disfruta, yo estaré bien, siempre estoy bien – dijo Helga saliendo con su mochila.
Justo en la esquina había una tienda de ropa, por lo que compro chancletas para poder entrar a la ducha y algunas prendas de vestir.
Volvió al hostal, se ducho y fue hacerle un par de preguntas al chico de la recepción.
- Hola, quisiera saber donde puedo encontrar un lugar donde vivir, me quedare por un largo tiempo y quisiera saber algunas paginas de Internet o sitios en donde pueda encontrar mayor información – dijo Helga.
- Mira puedes visitar estas paginas – dijo el chico de la recepción anotando en una hoja varios sitios de Internet – pero también puedes ir a alguna corredora, de repente tienen publicado lugares donde gente comparte pisos.
Luego de visitar varias paginas de Internet y salio en búsqueda de su nuevo hogar, para hacer la hora y poder llamar a Charles ya que a las 17:00 con seguridad lo encontraba en su oficina.
Ya eran las 16:00 y había visto varios lugares interesantes, pero que no la convencían del todo, la ultima cita la tenia a las 17:30, decidió buscar un lugar para comer algo, para luego llamar a Charles mientras hacia la hora.
Luego de caminar un rato hacia la dirección en donde tenia que ir a ver se encontró con el canal de Danubio, donde vio un montón de vida, puestos de comida, sillas de playa, arena y sobre todo mucha gente.
Bajo rápidamente para comprar algo de comer y poder estar tranquila para llamar a Charles.
- ¡Alo! Charles – dijo Helga con la boca llena.
- Si no fuera porque me hablaste con la boca llena no hubiera sabido quien era – dijo al otro lado del teléfono.
- Es que tengo mucha hambre, no es lo segundo que como en todo el día – dijo Helga tragando lo ultimo que se había metido a la boca.
- Eso no lo creo, ¿acaso estas en África, que estas pasando hambre? – dijo Charles.
- No, no, estoy en Viena buscando casa – dijo Helga muy tranquila.
- Y tu me lo dices así de tranquila – dijo Charles poniéndose un poco serio.
- Charles yo se que sin mi no eres nada – dijo Helga seria y luego lanzo una carcajada y los dos comenzaron reír – Bueno Charles hablando en serio necesito que me dejes estar aquí, te cumpliré con todo lo que me pidas, hasta puedo trabajar el doble si quieres.
- Pero Helga esto es muy repentino, esta bien yo soy tu jefe, pero esto va a ser un poco complicado – dijo Charles que se tomaba la cabeza al otro lado del teléfono.
- Te juro que si no fuera estrictamente necesario no te lo estaría pidiendo – dijo Helga en tono de suplica.
- Primero eso si necesito que me cuentes la verdad – dijo Charles.
- ¿La verdad de que? – dijo Helga un poco extrañada.
- ¿Por qué te escondes de Arnold? – dijo Charles al otro lado del teléfono cambiando el tono de voz a uno mas pícaro.
Helga se quedo muda, se puso un poco pálida mirando a un punto fijo y sin entender como sabia de la existencia de Arnold.
- ¿Helga, Helga, Helga, estas ahí?, como te descubro Pataki – dijo Charles riendo.
- ¿Cómo sabes de Arnold? – dijo Helga nerviosa.
- Primero respóndeme lo que te pregunte anteriormente, ¿Por qué te escondes de Arnold? – dijo Charles queriendo saber el no podía quedarse con la duda.
- ¿Qué te dijo? – dijo Helga seria.
- Primero contéstame o si no, no te dejo que trabajes en Viena, o mucho peor le diré a Arnold donde estas – dijo Charles.
- Mmmm – dijo Helga sin saber que decir o de donde empezar.
- ¡Ya se quien es Arnold! – dijo Charles dejando muda a Helga nuevamente – el es el que inspiro muchos de tus libros.
Helga no dijo nada.
- Bueno Pataki, creo que volvió la inspiración que tanto necesitabas, así que quédate todo el tiempo que quieras en Viena y escribe un buen libro, que estés bien, chao – dijo Charles contento ya que Helga le generaba muchas ganancias.
-  ¡Charles, Charles! – grito Helga al notar que le cortarían el teléfono.
- ¿Qué? – dijo Charles intrigado.
- Lo único que te pido es que por favor no le digas a nadie donde estoy, ni des mi nuevo numero de teléfono – dijo Helga desesperada.
- No te preocupes, tu secreto esta bien guardado – dijo Charles y le corto el teléfono.
Helga se puso a caminar para llegar a la ultima casa que iría a visitar.
Helga se presento, tuvo una entrevista con dos chicas con las que supuestamente compartiría departamento. El lugar le encanto, era muy amplio y con mucha luz, quedaba un poco lejos, pero quedaba a un costado del canal de Danubio.
- Me interesa mucho, si fuese posible me gustaría quedarme desde hoy – dijo Helga con una sonrisa.
- Sabes, nos queda una entrevista más por realizar, pero mañana te estaríamos llamando si quedas seleccionada – dijo una muchacha colorina.
- Bueno, espero su llamado – dijo Helga anotándoles su nuevo teléfono.
Helga volvió al hostal un poco desesperanzada, creía que no la llamarían, y que lo que habían dicho las chicas solo había sido una escusa.

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Eran las 12:40 en Nueva York, y comenzó a sonar el teléfono de Arnold que aun seguía durmiendo.
- Aaaalooo – dijo Arnold con voz adormilado.
- Viejo, Helga fue a Barcelona – dijo Gerald al otro lado del teléfono.
- ¿Barcelona? – dijo Arnold despertando de a poco.
- Si, aquí tengo el informe, viajo en Delta, a las 18:10 despego el vuelo – dijo Gerald.
- ¿Qué hora es a todo esto? – dijo Arnold que tenia aun las cortinas cerradas del cuarto.
- 12:43, creo que es hora de levantarse – dijo Gerald riendo.
- Lo único que quiero es dormir, mi vuelo sale a las 18:00, aun tengo tiempo – dijo Arnold acomodándose nuevamente en su cama.
- Bueno, te iré a buscar a eso de las 19:30, para que me esperes - dijo Gerald un poco extrañado al escuchar el poco interés que tenia Arnold cuando le comunico la información.
- Nos vemos, chao – dijo Arnold cortando el teléfono y mirando hacia el techo.
Arnold se quedo con los ojos muy abierto, no sabia que hacer, su primer instinto fue agarrar el primer avión hacia Barcelona, pero algo le dijo que no podía hacer eso, venia su primer hijo en camino.
Agarro su teléfono y comenzó a buscar.
- Arnold – se escucho al otro lado del teléfono.
- Si, si, hola – dijo Arnold con voz un poco decaída.
- ¿Qué te pasa? – dijo la chica al otro lado del teléfono.
- Voy a ser papá – dijo Arnold que seguía acostado mirando hacia el techo.
- Yuju, yupi, que felicidad tengo – dijo la chica irónicamente al otro lado del teléfono.
- Florence, no se que hacer – dijo Arnold en voz lenta.
- No me digas nada, es de Alice – dijo Florence molesta.
Arnold no dijo una sola palabra.
- ¡Cuantas veces te dije! – dijo Florence enfurecida, luego lo empezó a insultar en francés, que era lo que generalmente ocurría cuando Florence estaba realmente molesta y no podía expresar en otro idioma su enojo.
- Solo quería que supieras eso – termino por decir Arnold y corto el teléfono.

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Eran 22:00 en Viena, Helga había ido a comprar unos salchichones que vendían en la calle, para comer algo.
- Helga – dijo una voz familiar.
- Andreea, hola – dijo Helga con una sonrisa.
- ¿Cómo te fue, conseguiste una habitación? – pregunto Andreea.
- No, me gusto mucho una, pero no creo que me llamen – dijo Helga un poquito desanimada.
- ¿Por qué dices eso? – dijo Andreea extrañada.
- No se, me dio la impresión – dijo Helga mientras le ponía mostaza a su salchichón.
- No deberías creer eso, si lo crees pasa – dijo Andreea sacando una piedra triangular del bolsillo y entregándosela a Helga – toma, cada vez que tengas un pensamiento negativo tócala y recuerda lo mucho que quieres que resulte lo que piensas.
Helga tomo la piedra la piedra y la miro por un rato.
- Creo que de repente es bueno no ser tan pesimista – dijo Helga en voz baja y luego la guardo.
Las dos caminaron hacia el hostal, Andreea le comentaba los maravillosos lugares que había conocido.
Llegaron y Andreea había llegado tan cansada que fue a dormir, Helga hizo lo mismo, pero para suerte de ella había un espacio disponible en una habitación con menos gente.

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Eran las 20:30 en Hillwood, Arnold no hablo mucho en todo el camino.
- Ya estamos llegando a la ciudad, quieres ir a mi casa – dijo Gerald.
-No, llévame a la mía por favor – dijo Arnold mirando por la ventana muy serio.
- ¿Te pasa algo?, te noto extraño desde hoy en la mañana – dijo Gerald.
- No nada, solamente estoy cansado – dijo Arnold y se produjo un  silencio incomodo.
Gerald dejo a Arnold en su casa y se despidieron.
- ¡Arnold! Llegaste – dijo Alice abrazándolo.
- Si, perdón por ausentarme estos días, tenia asuntos que arreglar – dijo Arnold mirando con notorio cansancio a Alice.
- No te preocupes, me pone muy contenta que volvieras y yo se que a nuestro hijo también – dijo Alice mientras se acariciaba el vientre.
- Iré a dormir, hablamos mañana - dijo Arnold entrando a su antigua habitación y cerrando con llave.
Alice se quedo pasmada al ver esa reacción de Arnold, apretó los puños y fue a su habitación dando un solo portazo.
Al otro lado del pasillo estaba Stella mirando todo.
- ¿Qué estas mirando? – dijo Miles que iba subiendo la escalera.
- Arnold no es para nada feliz con la noticia de su hijo – dijo Stella con un poco de tristeza.
Mientras tanto Arnold solo quería mirar las estrellas desde su cama.
- ¿Qué diría mi abuelo sobre todo esto? – dijo Arnold.

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Eran las 10:15 de la mañana y Helga ni loca iba a perder su desayuno gratis en el hostal.
- Hola Andreea, ¿como estas? – dijo Helga sonriente.
- Estoy bien, veo que tu también – dijo Andreea.
- Si, dormí muy cómoda aparte tengo la esperanza de que hoy encontrare mi nueva casa – dijo Helga contenta y segura.
- Y así será, si tu lo piensas se hace – dijo Andreea devolviéndole la sonrisa.
De pronto comenzó a sonar su celular.
- ¿Helga? – dijeron al otro lado del teléfono.
- Si con ella – dijo Helga dejando su café de lado.
- Hola, soy Francesca una de las chicas del piso de ayer que queda cerca del canal, te quería avisar que estas seleccionada, no se si puedes estar aquí a eso de las 12:00 – dijo la chica.
- Si puedo, muchas gracias por escogerme – dijo Helga muy contenta cortando el teléfono.
- ¿Conseguiste departamento? – dijo Andreea con una sonrisa.
- ¡Si! – dijo Helga muy emocionada, tan emocionada que hasta la abrazo.
- Que bien, me alegro por ti – dijo Andreea.
- Un gusto conocerte Andreea, fuiste de gran ayuda – dijo Helga.
- De nada, te vi tan complicada que decidí ayudarte – dijo Andreea con una sonrisa.
- Dame tu mail, para poder escribirte, yo cambiare mi correo electrónico, así que cuando me haga uno nuevo te escribo – dijo Helga.
- ¿Tienes algo para anotar? – dijo Andreea.
Helga comenzó a buscar dentro de su mochila, y en el fondo se encontró con una agenda, la saco y era la que le había dado Arnold.
- Que linda libreta – dijo Andreea abriéndola y anotando su correo.
Helga se quedo mirando la libreta por unos segundo y arranco la pagina en donde escribió Andreea.
- Te la regalo, tengo una nueva en una de mis bolsas – dijo Helga y le paso nuevamente la libreta a Andreea.
- Muchas gracias, y espero tu correo – dijo Andreea dándole un abrazo y Helga se despidió.
Llego a las 11:55 a su nuevo hogar, fue recibida por Francesca una chica alta, colorina y muy pecosa, le mostró donde se encontraba todo lo que pudiera necesitar, le indico donde quedaban las tiendas mas cercanas y luego se retiro.
Helga envío por su celular un correo a Charles.

“Charles, por favor dile a Hera que empaque mi computador y me lo envías a Viena.
Adjunto mi dirección y mapa. Saludos Helga.”


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Ya habían pasado 10 días desde que Helga mando a pedir su notebook cuando sonó el timbre del departamento.
- Paquete para la señorita Pataki – se escucho en Alemán por el interfono.
- Voy – dijo Helga.
Helga bajo rápidamente a buscar el paquete con sus propias manos.
- Muchas gracias donde firmo – dijo Helga sin mirar a la persona.
- Aquí por favor – dijo una voz familiar la cual le indico con un enorme dedo donde debía firmar.
- ¡Charles! Que haces aquí – dijo Helga abrazando a su jefe.
- Tenia miedo que se perdiera, y aparte quería asegurarme de que estas en un buen lugar – dijo Charles y entraron al lugar.
- Una pregunta – dijo Helga extrañada.
- Dime – dijo Charles
- ¿De cuando que tu hablas alemán? – dijo Helga.
- Tu sabes que con suerte hablo ingles, le pedí al del taxi que lo dijera – dijo Charles y los dos comenzaron a reír.
- Sabes necesitaba reír un rato contigo, aquí la gente es muy aburrida, mis compañeras de piso son mas simpáticas, pero en general nadie ríe – dijo Helga.
Los dos entraron al departamento.
- Wow, esta bien bonito – dijo Charles.
- Si, y esta bien barato, como queda lejos del centro – dijo Helga.
- Por suerte no me esta saliendo tan caro – dijo Charles.
- Hablando de caro… - dijo Helga.
- ¿No me vas a pedir un aumento de sueldo?, tenerte exclusivamente para mi me ha salido caro – dijo Charles.
- Pero muy bien que has ganado también – dijo Helga entregándole un jarro con café.
- Mmmm, esta muy bueno, que marca es para llevarlo – dijo Charles luego de darle un sorbo.
- No me cambies el tema, no es dinero lo que te pediré, es solo un favor – dijo Helga
- Dime – dijo Charles.
- Necesito que desocupes mi departamento y si no es mucha molestia para tu ocupada persona que dejes mis cosas en una bodega económica – dijo Helga entregándole las llaves de su departamento.
- Tendré acceso a todos los rincones de tu casa – dijo Charles con la llave en su mano.
A Helga se le apretó el estomago al recordar que tenia fotos y parte de sus libros dedicados a Arnold.
- Creo que encontrare buen material con la cara que pusiste – dijo Charles.
- Te aviso que todo eso esta registrado, publicas algo y te demando – dijo Helga apuntándolo con el dedo.
- Tranquila no lo publicare, pero creo que será interesante leerlo – dicho Charles tratando de alejar a Helga.
Charles y Helga hablaron alrededor de una hora.
- Bueno Helga, te voy hacer entrega de esta llave – dijo Charles.
Helga la agarro y lo miro extrañada.
- Es tu nueva oficina, llegue hace 3 días a Viena, pero hasta no tener todo claro no te quise venir a ver, puedes buscar una asistente – dijo el hombre calvo.
- No creí que me apoyarías tanto – dijo Helga con una sonrisa.
- Todo para que mi pequeña mina de oro haga un excelente libro – dijo Charles y comenzó a caminar hacia la puerta.
- ¡Oye, pero no te vayas!, ¿donde queda mi oficina? – dijo Helga.
Charles le entrego un papel, se despidieron y Helga fue a encender su notebook.
- “Tienes 445 nuevos mensajes” – dijo una voz robotizada.
- Diablos, me desaparezco tres semana y me bombardean – dijo Helga abriendo su bandeja de entrada.
Helga comenzó a mirar a la rápida y los que encontraba que eran mails basura los comenzó a eliminar sin mirar, y mientras veía rápidamente encontró uno de Phoebe.

“Helga:

En que estas pensando, como te vas sin decir nada, estoy realmente molesta, te hemos buscado por todos lados y tu desapareces.
De todo lo que has hecho, esto creo que ha sido lo peor, que problema tienes con que Arnold se padre, eso paso…”


Helga no aguanto y seguir leyendo y borro de inmediato el correo, por la forma de escribir de Phoebe, se notaba que estaba muy molesta y por otra parte no quería saber mas de Arnold y mucho menos de su futuro hijo.
Se creo un correo nuevo y envío a la gente con la que trabajaba constantemente.

“Estimados:

Por motivos de fuerza mayor he cambiado mi correo a este, por favor cualquier tipo de comunicación que sea por este, ya que tampoco tendré celular.

Atte.
Helga G. Pataki”


Helga cerro el computador y se alisto para salir a correr.

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Desde todo lo ocurrido la vida de Arnold estaba siendo muy monótona, todos los días se despertaba gracias a Alice que iba a golpear la puerta de su habitación con algún antojo o tratando de meterse a su cama.
Luego de cumplir los antojos de Alice se iban de compras a ver si encontraban algo para su hijo, pero a ella nunca le gustaba nada y terminaban volviendo a casa.
Almorzaba, no contestaba llamadas, arreglaba sus antiguos equipos de música, cenaba y volvía a decirle a Alice que esa noche no dormiría con ella y que no insistiera, se quedaba hasta las 2 de la mañana viendo las estrellas y se dormía.
Después de llevar por 13 días la misma rutina decidió contestar uno de los llamados de Gerald.
- Alo – dijo Arnold.
- Viejo hasta que por fin me contestas – dijo Gerald emocionado.
- Si, es que estaba un poco cansado – dijo Arnold.
- Si estabas tan cansado entonces parece que invernaste – dijo Gerald riendo y Arnold también rió.
- Te llamaba para que vinieras a cenar hoy, Phoebe va hacer el pescado que tanto te gusta – dijo Gerald.
- Ahí estaré, ¿a las 21:00? – dijo Arnold.
- Si era hora esta bien, avísame si vienes con alguien – dijo Gerald.
- No, iré solo - dijo Arnold.
- Entonces nos vemos, chao – dijo Gerald.
Arnold salio de su habitación corriendo.
- ¡Arnold!, ¿dónde vas? – dijo Alice saliendo de su habitación al escuchar correr a Arnold por el pasillo.
- Voy saliendo, vuelvo en la noche – dijo Arnold bajando rápido.
- Creo que esto me saldrá mas difícil de lo que pensé – dijo Alice entrando nuevamente a su habitación.



Continuara…..
Este Fanfic esta basado en la serie Hey Arnold © Craig Bartlett

Me demore menos, y ya empece a escribir la siguiente parte...
Creo que se alargara un poco.

Nuevamente gracias a todos los que comentan, les gusta y siguen esta aventura.


si es primera vez que lo lees aquí tienes la primera parte!
capitulo 1

el aqui el anterior capitulo 10 

Continuación capitulo 12
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